Rosewood Puebla, un ícono del rescate de la Fundación de Puebla

Hablar de Rosewood es referirse a otro estándar de hoteles, donde, en el caso de Puebla, implica “salir de Puebla sin salir de la ciudad”, transportándose a otra atmósfera con casi cinco siglos de historia en un legado rescatado durante un ejercicio de cerca de tres años.

El Hotel Rosewood Puebla puede definirse como vivencial, como para escaparse si vives en Puebla un día entre semana, cuando las ocupaciones son menores y puedes disfrutar a tus anchas de una alberca con vista panorámica a los cuatro puntos cardinales que en días despejados te permitirá ver el Izta-Popo e incluso el Citlaltepetl, volteando a uno u otro lado, así como cúpulas de iglesias que en las noches se iluminan con una vista única.

A cerca de un año de su inauguración formal, Rosewood Puebla genera 221 empleos directos –solamente ocupa dos extranjeros, uno de España y otro de la India-, así como 500 puestos de trabajo indirectos, aunado a que le ha cambiado la cara a la zona aledaña a la fundación de Puebla, al lado del templo franciscano donde yacen los restos incorruptibles del beato San Sebastián de Aparicio.

Pero Rosewood no solamente efectuó el rescate de varios espacios como los Lavaderos de Almoloya o uno de los túneles de los Secretos de Puebla, sino que integró infraestructura de diversos momentos históricos de la ciudad, desde las ex fábricas textiles de San Francisco, la Fuente de los Leones, la huerta de las Trinitarias donde ahora pueden celebrarse bodas, o en un futuro.

El director de Rosewood Puebla, Manuel Leal, ha convertido al hotel en una de las joyas de la corona y a juicio del reportero ne un inmueble único en Puebla por el rescate de espacios, la inclusión de talabarteros, orfebres, tejedores, decoradores, ingenieros, arquitectos, escultores, artistas.

Ya lo mismo se puede ver un tapete persa, que un caballo monumental hecho de herrajes y que en su alcurnia puede ostentar haber sido exhibido en el Coliseo Romano, o bien, platos de Talavera de Puebla que replican los vestigios de piezas que se hallaron durante las excavaciones para el rescate patrimonial en el área de San Francisco, o puertas de maderas centenarias.

El spa también ofrece tratamientos a base de ingredientes de la Talavera que la hacen una joya exclusiva, no solamente por su arcilla, sino por el cobalto y otros ingredientes que ahora se usan durante las sesiones en ese espacio donde los productos de belleza de Maison Caulieres son referentes.

El Hotel Rosewood Puebla se forma por un conjunto de vestigios arquitectónicos: tres edificios de antaño, la Capilla del Cirineo y los icónicos Lavaderos de Almoloya, elementos que tras una minuciosa y respetuosa restauración hoy dan lugar a un majestuoso hotel, sinónimo de lujo, distinción y acogedores ambientes que invitan a sus visitantes a sentirse como en casa.

Todo es detalle en el hotel, hasta las cenefas de las cortinas que copian diseños franciscanos del siglo XVI que fueron encontrados como vestigios de las pinturas del ex convento, o bien, algunos suelos de mosaico rescatados de hace 100 años de una de las fábricas textiles del área, o un chacuaco, o algún otro túnel que te transporta del caso principal del hotel a la huerta.

La comida del Restaurante Pasquinel Bistrot se encuentra también en proceso se nuevas viandas, sabores, tiempos, combinaciones del chef que lo mismo involucra pescados y mariscos que carnes tratadas con esmero, con tiempo, con paciencia en los ahumados, con educación en las mezclas de sabores que van generando armonías en el paladar, cerrando con postres sorprendentes como un limón “caído del árbol al plato”, creaciones del chef ejecutivo Jorge González.

El Bar los Lavaderos, en un inmueble del siglo XIX donde las mujeres se reunían en cerca de un centenar a lavar la ropa de sus familias, el Café Azul Talavera con un menú casual, el Rooftop Bar para tomar un coctel artesanal, tapas y carnes frías, disfrutando excelentes panorámicas de la ciudad de Puebla, forman también la experiencia gastronómicas de Rosewood Puebla.

Además, las habitaciones son únicas, en especial las que forman parte del otrora Edificio Briseño, donde a pesar de converger con una de las calles más transitadas de Puebla simplemente no se mete el ruido al dormitorio. La suite presidencial suma una terraza, también con vistas únicas.

Rosewood Puebla suma 78 lujosas habitaciones y suites las cuales ostentan una refinada decoración inspirada en el arte poblano, su talavera, piedra y herrería, combinado con matices contemporáneos que crean un entorno elegante y confortable a la vez.

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