El Pulso de la Industria / TLCAN, a la una, a las dos, y a las...

Ing Thomas Karig

Tal parece que estamos cerca de que concluyan las negociaciones para reformar el TLCAN.

 

A pesar del ruido de declaraciones políticas alrededor de la seguridad fronteriza entre México y EUA, el mantener con vida el tratado comercial resultó ser prioritario para las tres partes.

 

Una vez más se confirma que ningún gobierno del mundo va a atentar contra su propia economía, por lo menos no en países donde ésta depende de la actividad industrial y comercial de la iniciativa privada.

 

El acuerdo va a tener su precio, por ejemplo en lo que aparentemente serán las nuevas reglas para la industria automotriz. Una regla de origen que requiera un contenido regional de más de 70% no parece ser realista ni económicamente razonable, pero falta ver cómo se calcula.

 

En los métodos de cálculo para componentes y productos terminados, o sea los vehículos, hay una gran área de creatividad que solo los especialistas dominan. Se que hay muchos de ellos involucrados en la negociación, así que es de esperar que se encuentre una solución, que si bien no va a tener contentos a todos, pero mantendrá con vida el tratado.

 

El reto después será para las empresas que tienen que dar cumplimiento, no solo porque tendrán que adaptar sus estrategias de surtimiento. También tendrán que reforzar sus áreas de Comercio Internacional para asegurar que puedan demostrar el cumplimiento de las nuevas reglas. Porque una cosa es segura: las autoridades de Canadá y Estados Unidos vendrán a auditar a las empresas en México, sobre todo a las que no son norteamericanas.

Ojalá el gobierno mexicano haga lo propio en los EUA. Porque cumplir con esta nueva regla, ahora sí, va a ser un reto también para las empresas del otro lado.

 

Viene una buena coyuntura para los consultores que dominen la materia, que no son muchos. Y habrá empresas que posiblemente opten por no cumplir con la regla y mejor pagar los aranceles, algo que es factible con los bajos aranceles que tienen los EUA para autos y autopartes, no así para las camionetas.

 

En fin, como me dijo alguna vez un experimentado negociador del gobierno mexicano: “Un buen acuerdo es el que deja a todos los involucrados igualmente insatisfechos”.

 

De lo que si estoy seguro es que este tratado es mejor que ninguno, porque le da continuidad y certeza a la industria más importante de México. Y quien sabe, ahora que el Señor Trump va contra China, hasta las empresas que en su momento cancelaron proyectos en México para llevárselos a China, como fue el caso de Ford, recapaciten y regresen.

 

Sin duda en México van a seguir encontrando las mejores condiciones para invertir en el sector automotriz. Y esperamos que eso siga siendo cierto independientemente de quien sea el próximo presidente…

Escúchame cada segundo lunes en Radio Imagen Puebla, FM 105.1, a las 8:40 PM.

Más información sobre estos y otros temas en mi sitio web www.tkonsult.com.mx.

 

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