Ing Thomas Karig Gerecht
¿Se acuerda de la película Volver al Futuro de 1985? Sin duda uno de los hitos cinematográficos de Hollywood. Uno de los protagonistas de la película es un auto, que a través de una misteriosa tecnología inventada por el extravagante Doc Brown se mueve no solo en el espacio, sino en el tiempo, y eso permite al joven Marty explorar el pasado de su familia, y su propio futuro, para finalmente regresar a un presente que ya no es tan malo como solía ser.
Una posible interpretación de esa historia es, que la tecnología la debemos usar para mejorar la vida de las personas, y combatir los fenómenos adversos. Pero la tecnología, mal aplicada o no dominada, también puede generar impactos negativos.
Hoy, cuando ya rebasamos el futuro que en la película es el año 2015, la tecnología de información y la llamada digitalización nos han traído avances inimaginables hace 30 años. Pero también nos plantean retos que tienen que ver, básicamente, con la capacidad del ser humano para decidir usar sus recursos tecnológicos en forma responsable y para bien de la sociedad.
Y el reto se vuelve más demandante conforme la tecnología se desarrolla, esto es, en forma exponencial. Se plantea en la vida familiar y social con la discusión sobre el tiempo que pasamos pendientes de nuestros dispositivos inteligentes, pero también en la agricultura con las semillas transgénicas, y por supuesto en la vida laboral donde las máquinas están desplazando a las personas. Ante la magnitud percibida de la amenaza una posible reacción es el rechazo de la tecnología. Por ahí hay quienes reviven los discos de vinil y las fotos instantáneas de papel. Y otros que se rehúsan a leer un libro en una tableta.
Un caso en cuestión, y que tiene una gran importancia para el futuro de la industria automotriz, es el auto autónomo. La tecnología va a hacer posible que algún día los autos ya no requieran de conductor, pero nosotros vamos a tener que decidir que uso le vamos a dar a esos robots sobre ruedas. La empresaria norteamericana Robin Chase habla de dos posibles escenarios: el paraíso y el infierno de los autos autónomos. Lo que ella llama el infierno es el caso en que los autos autónomos simplemente reemplazan los autos actuales, pero el esquema de propiedad y uso es el mismo que hoy.
El impacto podría ser que se empeore el tráfico porque ya no resultaría tan pesado pasar varias horas al día en mi auto. Y luego, para evitar pagar estacionamiento, mando a mi coche a dar vueltas en la calle como “zombie”, y sigo incrementando el caos vial. La pauta de este fenómeno la dan estudios hechos en los EUA, donde los Uber han incrementado el tráfico porque muchos usuarios los utilizan en lugar de caminar o de usar transporte público. En el escenario del “paraíso”, el auto autónomo tiene un rol en la movilidad integrada de la ciudad del futuro, definitivamente no como un vehículo particular sino como uno de los elementos de un sistema multimodal de transporte de personas y bienes.
Adicionalmente, hay otros aspectos del auto autónomo que requieren de una reglamentación política, como por ejemplo la responsabilidad en caso de un accidente. Un gran tema para los fabricantes que no está resuelto. Sin duda, los autos autónomos (cuando sean la regla y no la excepción), pueden reducir la incidencia de accidentes en forma considerable. Otro efecto va a ser que estos autos no van a cometer infracciones, impactando las finanzas de los municipios. Y en el largo plazo van a desplazar a los choferes de taxis y transportes colectivos. Muchas respuestas, entonces, que la sociedad va a tener que generar, de la mano de las empresas automotrices, y que además van a impactar en el modelo de negocio de estas últimas.
Igualmente va a impactar en el negocio de los autos el hecho de que los nuevos conceptos de movilidad promueven como primera opción el caminar y el uso de la bicicleta. Hasta que, como en nuestra película, inventemos la patineta voladora.
Escúchamecada segundo lunes en Radio Imagen Puebla, FM 105.1, a las 8:40 PM.Más información sobre estos y otros temas en mi sitio web www.tkonsult.com.mx.
