El pulso de la Industria / ¡Música, maestro!

Ing. Thomas Karig

Muchas veces cuando buscamos ejemplificar el reto que tenemos en las empresas de lograr un resultado a través de las personas, o sea de nuestros colaboradores, recurrimos a la analogía del futbol. El futbol es algo que todos más o menos entendemos, y pues sí, se trata de que un equipo logre un resultado, que es superar a otro equipo que tiene el mismo objetivo.

Lo malo es que el objetivo no siempre se logra, porque para que uno gane el otro tiene que perder. Y lo que es peor, a veces los equipos pierden jugando bien, y después el primer ejercicio es la búsqueda de culpables. Y si además, como ha sido este año, nuestros equipos (me refiero en este caso al “Tri” y a la “Mannschaft”) no han dado los mejores ejemplos de rendimiento y resultados, mejor vamos buscando otra analogía.

 Resulta que una de mis aficiones es la música clásica, y se me ocurre que una orquesta es también un buen ejemplo de cómo un grupo de personas, con un claro objetivo de complacer a su audiencia, o sea sus clientes, es capaz de generar, y de manera consistente, resultados muy cercanos a la perfección.

Analizando los factores que permiten ese resultado, en primer lugar, tenemos que la orquesta se basa en una partitura del compositor que contiene indicaciones muy precisas respecto al producto terminado. Podríamos considerar que es el equivalente del plan estratégico y operativo de una empresa, elaborado por alguien con una clara idea del resultado esperado.

El segundo factor, sin duda el más importante, es la ambición, el compromiso, y la capacidad adquirida durante muchos años de entrenamiento y estudio, de cada uno de los músicos. Es el equivalente de tener en las empresas un equipo de colaboradores perfectamente capacitado para la tarea que desempeña, y altamente motivado para entregar el resultado de la mejor manera.

Claro que en las empresas es más difícil que encontremos en todas las personas esa vocación que distingue a los músicos. Pero no por eso deja de ser cierto que el secreto del éxito de las empresas está en su gente.

Y finalmente, está el rol del director. Ningún director es experto en todos los instrumentos que integran una orquesta. La tarea del director es seleccionar a los integrantes de su orquesta, escoger y promover el programa, y por supuesto dirigir el concierto, de una manera que asegure que toda la orquesta siga sus indicaciones.

En la vida empresarial, los lideres exitosos no son los expertos en la ejecución de las tareas, sino los encargados de transmitir su estrategia a un equipo que sabe lo que tiene que hacer, y que sabe que su buen trabajo va a recibir el aplauso del público que en este caso son los clientes de la empresa. Por cierto, el famoso director Herbert von Karajan dijo alguna vez: “El arte de dirigir consiste en saber en qué momento hay que dejar de usar la batuta para no molestar a la orquesta”.

Estimados lectores, son cosas que le pasan a uno por la cabeza cuando tenemos el privilegio de escuchar un concierto de la maravillosa Orquesta Filarmónica 5 de Mayo que tenemos en Puebla, bajo la batuta de uno de los grandes directores mexicanos que es Fernando Lozano. Sus conciertos son otro de los tesoros culturales que Puebla ofrece, los viernes a las 19:00 en el Auditorio de la Reforma.

Escúchame cada segundo lunes en Radio Imagen Puebla, FM 105.1, a las 8:40 PM.                  

Más información sobre estos y otros temas en mi sitio web www.tkonsult.com.mx.   

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