Por: Thomas Karig
La industria automotriz mexicana en 2019 estuvo en un compás de espera, ante la incertidumbre de la ratificación del T-MEC. Como si con un T-MEC ratificado regresara algo así como la normalidad. Sin duda, los resultados del año no fueron positivos para todos, pero tampoco hubo que registrar grandes desastres. O sea, después de todo, ¿un año normal? Hay que meterse un poco a los detalles para poder evaluar los sucesos y pronosticar qué nos espera en el 2020.
La producción de la industria mexicana en 2019 bajó un 4.1%, 160,000 autos menos que 2018. Las plantas de Volkswagen y de General Motors fueron de las pocas que incrementaron su producción, mientras que otras marcas grandes como Nissan, FiatChrysler y Ford tuvieron reducciones de doble dígito. Una de las razones para esto es la tendencia del mercado en Estados Unidos de demandar cada vez más SUV´s y menos sedanes, y muchas fábricas mexicanas estaban más enfocadas a estos últimos.
Y hablando del mercado de Estados Unidos, este rebasó por 7o año consecutivo los 17 millones de vehículos, con una ligera reducción del 2%. Aun así, México incrementó nuevamente su exportación a los Estados Unidos, enviando 2.6 millones de autos al vecino del norte, un más de dos tercios de la producción mexicana.
En México las ventas de autos nuevos bajaron nuevamente, por 3er año consecutivo, a un poco más de 1.3 millones o un 7.7% menos que en 2018. También aquí fueron las marcas grandes las que más terreno cedieron, Nissan y GM arriba del 10%, y el Grupo Volkswagen con -7.5% dentro de la tendencia del mercado. Aparte de que en general el clima económico de México no ayudó, también es cierto que las marcas reacomodaron sus gamas de modelos hacia vehículos más redituables, tratando de contrarrestar en parte el efecto de un peso devaluado que venían arrastrando desde algunos años.
Vale la pena también echar un vistazo a otros países que son relevantes para la industria mexicana, ya sea como mercados o como competidores. La Unión Europea pudo mantener un buen nivel de ventas, con más de 15 millones de autos y un ligero crecimiento. Aquí Alemania con un robusto +5% compensó una caída de -2.4% en el Reino Unido, un efecto adelantado del Brexit. En Brasil las cosas van mejorando, con un mercado que creció casi 9%, claro que para muchos fabricantes de la región esto se anula con la dramática caída de 45% en el mercado argentino. Y la noticia más alarmante viene de China: por primera vez en muchos años vemos un mercado en franco retroceso, con un 8% menos que en 2018. Aunque esto no impacta directamente en otros países, si hay que estar observando a las marcas chinas que están tratando de abrir nuevos mercados ante la contracción del mercado de casa.
En general, en 2019 vimos un escenario bastante estable a un nivel relativamente alto. No va a ser fácil superar este nivel en 2020, aunque para la producción mexicana podemos prever un incremento ante el inicio de operaciones de las nuevas plantas de BMW y Toyota. Y con un T-MEC ratificado regresarán algunas inversiones, sobre todo en el sector de autopartes. Pero las épocas de los grandes proyectos definitivamente pasaron a la historia.
El reto para la industria automotriz de México será mejorar la utilización de las capacidades instaladas, que rebasan los 5 millones de unidades, y ni siquiera hemos llegado a los 4 millones de autos producidos. Cuando la demanda en los mercados no aumenta, la única forma de crecer es desplazando a la competencia. Esto no va a estar fácil, dado que las nuevas condiciones del T-MEC no necesariamente favorecen a México, y además el ambiente de negocios en el país no es el mejor. Nuevamente México va a tener que demostrar que es la mejor opción para la producción automotriz.
