Las reformas del presidente

René Sánchez Juárez

El paquete de reformas constitucionales que el presidente López Obrador tenía contempladas para el periodo ordinario de sesiones de mes de septiembre una vez que los nuevos diputados tomaran posesión y de acuerdo con sus cálculos tener la mayoría calificada en ambas cámaras, podrían aprobarlas sin la presión de la oposición. El mismo presidente anunció que será el próximo 5 de febrero, aniversario de la Carta Magna, cuando se presente una serie de reformas, se habla de 10 iniciativas.

 

Para nadie es desconocido las polémicas que ha tenido el ejecutivo federal con el poder judicial, desde el año pasado cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación detuvo las iniciativas sobre la Guardia Nacional y Electoral. Que se avivó con la desaparición de los fideicomisos de ese poder, por lo que se espera que la iniciativa más importante sea sobre cómo se eligen a los ministros de la SCJN y que sea a través del voto popular su elección.

 

Esta propuesta ha generado polémica incluso al interior del partido en el poder, la exministra y exsecretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero consideró que la elección de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no debe ser abierta, pues señaló que “para ser una jueza se requiere mucho temple”.

 

También se espera que ingresen a la Cámara de Diputados las iniciativas que ya habíamos comentado en este espacio, sobre que el salario mínimo nunca aumente menos que la inflación y que los trabajadores puedan acceder a una pensión con el 100% de su salario.

 

Otra posible reforma de la que ha hablado el presidente será la eliminación de candidaturas plurinominales para el Senado de la República y la Cámara de Diputados para reducir los costos de las campañas y limitar el financiamiento a los partidos políticos.

 

La oposición ha advertido que no votará a favor ninguna de las iniciativas del presidente y dado que Morena y sus aliados no tienen esas dos terceras partes de los votos necesarios se prevé que las iniciativas no sean aprobadas.

 

¿Entonces por qué el presidente no se espera a que el plan C sea una realidad (ganar las dos terceras partes de las diputaciones y senadurías) y poderlas aprobar en septiembre, en el último mes de su mandato y que esas reformas fueran parte de su legado?

 

Con estas reformas el presidente se mete de lleno a la campaña electoral, será la bandera que ondeará la presidencia de la república para exhibir a la oposición que está en contra de la base trabajadora al oponerse a que se puedan pensionar con el 100%; que los jueces y ministros son los que liberan a los delincuentes; que son los propios diputados de la oposición que quieren seguir con las 200 diputaciones plurinominales y reservar los primeros lugares para sus dirigentes.

 

Pero las iniciativas no están destinadas al fracaso, puede ser que con la desbandada de diputados de oposición se pueda negociar los votos necesarios y aprobarse en el mes de marzo.

 

El paquete de reformas que forman su legado constitucional y que buscan darle viabilidad a la 4T y con ello darle sepultura al viejo régimen e iniciar un nuevo régimen al que tendrá que dar continuidad el gobierno de Claudia Sheinbaum.

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