René Sánchez Juárez
En un país donde la violencia era el pan de cada día, las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha delinquían con impunidad, los índices de asesinatos, violaciones, y extorsiones eran de los más altos de la región.
En ese entonces irrumpió en la escena política Nayib Bukele y su partido Nuevas Ideas, que cuestionaba el bipartidismo de ARENA de derecha y el de izquierda el Frente Farabunto Martí de Liberación Nacional gananado sorpresivamente la elección presidencial en 2017.
El mismo se ha presentado como el presidente más “cool” o el dictador más “cool” con cierta ironía debido a las críticas de las que ha sido objeto por su polémica decisión de decretar un estado de excepción con la finalidad de terminar con la problemática que representaban las pandillas en El Salvador.
Actualmente el presidente Bukele tiene una popularidad del 90% por lo que su reelección es inminente, con tan sólo 42 años es el presidente millenial que ha hecho en la seguridad su punto más fuerte.
La decisión de encarcelar a cualquier persona que tuviera algún tipo de tatuaje y después investigar, hacinar a los presos en cárceles, donde los mantiene semidesnudos, con una comida al día y prácticamente ningún derecho, ha sido fuertemente criticado. Las organizaciones de Derechos Humanos han criticado esta decisión, equiparando las cárceles a campos de concentración donde incluso se han encarcelados a inocentes, a la fecha han salido 7 mil personas después de comprobar su inocencia. Por otro lado, está la percepción ciudadana que se siente más seguro, sin la presencia de las pandillas El Salvador se ha vuelto uno de los países más seguros de Centroamérica.
La Constitución de El Salvador no permite la reelección de forma inmediata; sin embargo, Bukele y los ministros afines a él han reinterpretado las leyes con la finalidad de permitirle la reelección, la cual no será problema en las urnas sino la traba estaba en las leyes que han manipulado a su favor.
Los retos que tiene ahora Bukele para los siguientes 5 años, es el tema económico, incluso después de legalizar las criptomonedas como moneda para realizar transacciones, convirtiendo a El Salvador en el primer país en el mundo en avanzar en este tema.
De continuar con esta popularidad, podría emerger un nuevo partido hegemónico en Centroamérica, y los partidos tradicionales como ARENA y FNLN, quienes son los que han alternado en el poder desde el término de la guerra civil en 1992 podrían desaparecer.
