KPMG en su análisis “el beneficio de la proximidad: reestructuración estratégica de las cadenas de suministro en las Américas”, estima que 69 por ciento de las cadenas de valor se radicarán en la región para mejorar su resiliencia.
Las personas encuestadas confirman que han estabilizado sus modelos de negocio al reubicar sus cadenas de suministro más cerca de Estados Unidos, y casi tres cuartas partes afirman que esta estrategia ha mejorado la resistencia del suministro y su agilidad operativa.
De hecho, las empresas planean reducir su dependencia de Estados Unidos y Canadá con el tiempo.
Actualmente, 62% tiene presencia en Estados Unidos pero solo 44% espera mantenerla dentro de tres años.
Mientras tanto, 39% tiene presencia en Canadá y 30% espera conservarla en los próximos tres años.
En cambio, muchas organizaciones planean instalarse en México, con 36% que espera lograr presencia allí en tres años, en contraste con el nivel del 27% actualmente.
Las ventajas del T-MEC y el hecho de que las tensiones geopolíticas están provocando que algunos mercados de suministro tradicionales sean menos atractivos han obligado a ciertas compañías estadounidenses a trasladar sus operaciones de fabricación a México en los últimos años, lo que ha ayudado a la región a superar a China como el mayor mercado de importación de Estados Unidos.
Asimismo, refiere que la reducción de la ventaja salarial de China sobre América también ha influido. En 2001, la fuerza laboral del sector de manufactura estadounidense ganaba 36.4 veces más que sus homólogos chinos; esta diferencia se redujo a 5.5 en 2022, una cifra más cercana a la brecha salarial entre Estados Unidos y América Latina.
Por otro lado, mientras la brecha salarial de China con Estados Unidos se ha reducido, la de México se ha mantenido bastante constante durante el mismo periodo, siendo 7.2 veces inferior a la de Estados Unidos en 2022.
Pese a lo anterior, añade, la creciente popularidad del strategic shoring no ha reemplazado los modelos de reubicación en países asiáticos como China. En términos de capacidad de producción y eficiencia de costos, este país sigue siendo un actor clave en múltiples cadenas de suministro, lo que ha llevado a algunas empresas a adoptar la estrategia China Plus One (C+1), la cual distribuye la producción entre China y otro país, aunque con reservas, debido a temas como aranceles y propiedad intelectual.
KPMG apunta que desde una perspectiva macroeconómica, las compañías están optimizando las rutas de la cadena de suministro en el continente, y el número medio de ubicaciones implicadas en una misma cadena se reducirá de 2.7 a 2.4 en los próximos tres años.
Destaca el ejercicio del strategic shoring como el cambio en la huella geográfica de una cadena de suministro global, producto del traslado de ciertos eslabones de la producción hacia determinadas ubicaciones en las Américas, tales como México, Centroamérica, América del Sur, Canadá e incluso Estados Unidos con el fin de acercar los productos y servicios a los clientes estadounidenses y brindar un mejor servicio.
También advierte que en términos generales, el entorno fiscal subyacente y la estructura comercial de un país tienen un impacto significativo sobre el lugar en el que las compañías deciden ubicarse.
De hecho, 64% de las 250 personas encuestadas consideran aspectos como los impuestos indirectos, las subsidios o incentivos gubernamentales y las normas sobre precios de transferencia (PT) para tomar sus decisiones de strategic shoring.
Asimismo, los incentivos gubernamentales para sectores de alta prioridad, como los semiconductores o las baterías, también pretenden fomentar los esfuerzos de esta tendencia.
De acuerdo con la encuesta de KPMG, los principales factores que impulsan el strategic shoring en las Américas son una mayor agilidad/resiliencia (31%), tiempos de comercialización más rápidos (31%) y un mejor acceso a habilidades o talentos necesarios (26%).
Aunque los cambios regulatorios y la legislación fiscal también son importantes, estos se encuentran más abajo en la lista de prioridades de las ejecutivas y ejecutivos de las cadenas de suministro.
Para las industrias que requieren materiales de tecnología avanzada, como los VE y semiconductores, la resistencia y la velocidad de comercialización son clave, ya que les permiten aumentar su producción y trasladarse a zonas que ofrezcan un suministro más seguro y conveniente.
Además, la flexibilidad/agilidad gana impulso, pero el costo sigue siendo lo más importante en las estrategias de la cadena de suministro.