En el primer semestre del 2023, la industria automotriz de vehículos ligeros desde Puebla refleja un superávit en el número de vehículos comercializados en el país y desde la entidad al exterior.
Las empresas IMMEX radicadas en Puebla sumaron ventas en México y el exterior por alrededor de 148 mil 173.9 millones de pesos entre enero y mayo, un repunte de 14.8 por ciento con respecto al mismo lapso del año previo.
El Grupo Volkswagen aumentó sus entregas de vehículos totalmente eléctricos (BEV) en un 48 por ciento en el primer semestre 2023 con respecto al mismo periodo del 2022 al sumar 321 mil 600 vehículos.
El Indicador Multidimensional de la Manufactura BBVA, cayó -1.2 por ciento en su comparativo anual en junio, la primera contracción desde febrero de 2021, lo que implica que, en el acumulado semestral un crecimiento de 1.7 por ciento, nivel inferior al mismo lapso del 2022, no obstante la resiliencia de sectores como el automotriz.
En los 15 meses más recientes, 31% de los proyectos recibidos en parques industriales de México se vinculan con el sector automotriz, 8% con logística y distribución, 6% con electrónica, y 55% con una diversificación de sectores como: aeroespacial, dispositivos médicos, electrodomésticos, muebles, textil, entre otras manufacturas.
Volkswagen de México extendió el ajuste en sus líneas de producción por dos semanas más para el modelo SUV Taos, debido a que prevalece el desabasto de componentes para su ensamble.
En el primer semestre 2023 se comercializaron en el país 633 mil 87 autos y camiones ligeros de importación, de los cuales la mayor parte se colocaron por General Motors, Toyota, Volkswagen, Chrysler, MG, Hyundai, Renault, Ford, Suzuki, KIA y Chirey, que concentraron alrededor del 50 por ciento de las unidades adquiridas del exterior.
La industria manufacturera de Puebla reportó un valor de producción de 246 mil 395.55 millones de pesos entre enero y mayo, para situarse dentro de seis entidades con mayores repuntes, conforme el INEGI.
El sector automotriz enfrenta riesgos importantes en la producción en lo que resta del año por la posibilidad de nuevos escenarios de escasez de insumos como metales necesarios para la fabricación de chips, el boom de la inteligencia artificial que puede desviar la oferta de procesadores y una eventual desaceleración económica, señala un análisis de Scotiabank.
