Por: René Sánchez Juárez
Finalmente se envió la iniciativa de reforma electoral a la Cámara de Diputados, la cual contempla diversas modificaciones al actual proceso electoral mexicano.
Dentro de la iniciativa resaltan algunas muy importantes y otras que han polemizado porque se han mal entendido.
En cuanto al organismo encargado de organizar las elecciones, cambiaría de nombre a Instituto Nacional Electoral y de Consultas (INEC) y que los puestos de consejeros y magistrados sean de elección popular. En cuanto a los OPLES, estos desaparecerían para que los procesos electorales se centralicen, así como los Tribunales Electorales Locales. Esto conllevaría a una sola legislación electoral.
El financiamiento de los partidos políticos, un reclamo legítimo de la ciudadanía se recortaría ya que sólo tendrían prerrogativas los años en los que hubiera elecciones.
La propaganda en campañas también tendría modificaciones, se pretende que el tiempo en radio y televisión sea sólo para los partidos y no para la autoridad electoral, así como modificar la definición de propaganda gubernamental.
Por último, la parte más polémica, el modo de integración del poder legislativo, se había manejado en diversos medios que desaparecían los diputados de Representación Popular (RP) y que sólo quedarían los 300 diputados de mayoría, aquellos que han llegado a través del voto directo. Pero se ha malentendido la iniciativa, de hecho, el método de mayoría desaparece dejando sólo el método de RP.
Se parte de que quedaría el mismo número de diputados por estado, por ejemplo, Puebla con 16, y los partidos elaborarían listas estatales con sus candidatos con perspectiva de género y con base en los resultados obtenidos se repartirían las curules por partido.
Con lo anterior, los candidatos a diputados tendrían que hacer campaña en todo el estado y no sólo esperar los resultados, porque lo mismo valdrá un voto en la sierra norte, como en la sierra negra o la capital.
Después haber bloqueado la reforma eléctrica, la oposición prácticamente sin conocer la iniciativa ya había manifestado su descontento con esta reforma con el pretexto de defensa al INE, que sólo tendría 4 consejeros menos ya que no se menciona nada de su autonomía, mientras que Morena manifiesta que podrían ahorrarse hasta 24 mil millones de pesos.
Pasquino dice que la calidad de una democracia se mide por la calidad de la oposición, por lo que deberían estar enfocándose en la mejor representación de las cámaras y no sólo por sus fobias.
Se debe garantizar la representatividad de los legisladores sin poner en riesgo la estabilidad y el equilibrio de los Congresos para que cumpla con su tarea de ser órganos de gobierno que representen la soberanía popular que es la base de toda democracia.
Las alianzas electorales rompieron con el sentido que tenía la RP, que era garantizar la participación de las minorías. Hoy las alianzas electorales pueden crear una tiranía de las minorías, cuando la democracia es el gobierno de la mayoría popular.
