Reforma electoral por consenso

Por: René Sánchez Juárez

 

Después que comentábamos en este mismo espacio la iniciativa del presidente López Obrador en cuestión electoral, preveíamos la dificultad que tendría su aprobación, debido a la negativa de la oposición a participar en las iniciativas presidenciales. 

Sin embargo, el PRI ha anunciado su propia reforma electoral, que dicho sea de paso no es muy diferente a la iniciativa del presidente. La propuesta se resume en 10 puntos.

El PRI también propone una reducción de 500 a 300 diputados, sólo que 150 de mayoría y 150 de representación proporcional, mientras que Morena expone que sean 300 de RP.

La iniciativa contempla crear la figura de vicepresidente de la república, muy al estilo estadounidense, donde el VP se encargue de la política interior, así como lo hace el secretario de gobernación. 

Establece mayor libertad de expresión durante las campañas a gobernantes y particulares.

Algo en lo que coincide con Morena sería la reducción del financiamiento público a partidos, pero difiere en que se amplíe el financiamiento particular. 

Otro punto es el combate frontal a la injerencia del crimen organizado en los procesos electorales, algo que podría ser benéfico para el desarrollo de las elecciones.

Destaca la incorporación del voto electrónico en modalidad de urna electrónica, algo con lo que podrían abaratarse los procesos y que también beneficiaría a las consultas populares y plebiscitos.

Otra coincidencia sería la nacionalización de los comicios federales y electorales, con lo que desaparecerían los OPLES y reducción de presupuesto.

Algo en lo que discreparía la propuesta sería en las autoridades electorales, mientras el PRI propone que sea a través de la insaculación entre los mejores evaluados, Morena apuesta por la elección popular de esos puestos.

También expone el fortalecimiento de la autonomía y eficiencia de la justicia electoral, que busca fortalecer la carrera judicial. 

La mayor iniciativa sería impulsar la segunda vuelta electoral, cuando un candidato electoral no obtenga el 50% de la votación, con esto el vencedor obtendría legitimidad ciudadana.

Con esta propuesta sobre la mesa, Morena y el PRI podrían negociar una reforma electoral interesante para promover la participación ciudadana, abaratar los costos y construir una democracia electoral que brinde legitimidad a los gobernantes y certeza a los ciudadanos. 

La pregunta del millón es: ¿querrá la oposición al presidente construir una reforma electoral por consenso? El tiempo y la circunstancia nos lo dirán.

 

Please publish modules in offcanvas position.