El panel del Fondo Monetario Internacional (FMI) exhortó a los países ricos a trabajar más para fortalecer las tasas de vacunación contra el COVID-19 en las naciones pobres, al tiempo que le pidió a la Reserva Federal y otros bancos centrales que respondan rápidamente si las presiones inflacionarias actuales no resultan transitorias.

Al concluir la reunión anual con una declaración conjunta en la que expresó preocupación por la amplia divergencia en las tasas de vacunación entre los países pobres y los ricos, el organismo financiero advirtió sobre crecientes amenazas a la recuperación económica global a consecuencia de la pandemia de coronavirus y un brote inflacionario.

Llamó a los países acaudalados a redoblar sus labores para conseguir el objetivo de que 40 por ciento de la población de todas las naciones esté vacunada para el final de este año y 70 por ciento para mediados del 2022.

Destaca que aunque casi 60 por ciento de la población en las economías avanzadas está ahora plenamente inoculada, apenas 4% de los habitantes de los países pobres lo están.

“Daremos pasos para ayudar a fortalecer el suministro de vacunas y productos y aportaciones médicas esenciales en países en desarrollo, y eliminar las restricciones relevantes a los suministros y el financiamiento", dijeron funcionarios del FMI.

Señalan que el surgimiento de variantes del virus ha incrementado la incertidumbre, y los riesgos para la recuperación tienen una inclinación a materializarse, además que la crisis está exacerbando la pobreza y la inequidad.

Los funcionarios de finanzas hicieron notar también la existencia de crecientes presiones inflacionarias globales y dijeron que la Fed y otros bancos centrales tienen que “actuar apropiadamente” si el alza de precios se convierte en una amenaza a la recuperación económica.

El mes pasado, la Fed indicó que pronto podría iniciar el proceso de reducir parte del apoyo extraordinario a la economía que ha implementado en respuesta a la recesión causada el año pasado por el estallido de la pandemia. El paso pudiera ser el primero hacia un aumento de las tasas de interés que desaceleraría el crecimiento y mantendría la inflación bajo control.