Banco de México ubicó en 3.3 por ciento su pronóstico de crecimiento para 2023 en su informe trimestral julio-septiembre, en contraste a su previsión de 3.0 por ciento previo, en medio de un panorama para la actividad económica nacional que continúa siendo complejo e incierto.

No obstante, destaca, la economía mexicana se ha mostrado resiliente y con un desempeño mejor al esperado.

Banco de México consideró que los riesgos para el crecimiento de la actividad económica a lo largo del horizonte de pronóstico se encuentran balanceados.

La gobernadora de Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja argumentó en la presentación que el desempeño de la economía resulta de un entorno de resiliencia de la economía, la normalización de las actividades económicas y la fortaleza del mercado laboral.

Entre los riesgos a la baja en el horizonte de pronóstico sobresalen que se observe una menor demanda externa en detrimento de la actividad económica en México, particularmente en caso de una recesión profunda y duradera en Estados Unidos, y que se presenten afectaciones en el comercio internacional, dado el contexto de diversos conflictos y tensiones geopolíticas y comerciales en distintas regiones del mundo.

Asimismo, que se materialicen condiciones financieras más astringentes a lo esperado y/o episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales que afecten los flujos de financiamiento para las economías emergentes; que la recuperación del gasto en inversión en nuestro país sea menor a lo previsto o insuficiente para apoyar el crecimiento de la economía, particularmente en el largo plazo.

Otro riesgo, añade el informe trimestral de Banxico es que el gasto público dé un menor impulso sobre la actividad económica que el anticipado, o bien, que fenómenos meteorológicos tales como temperaturas extremas o ciclones impacten adversamente la actividad económica nacional.

En contraste, el pronóstico puede mejorar si la desaceleración de la economía estadounidense sea menor a lo esperado, que la economía mexicana muestre una resiliencia mayor a la prevista, que en el marco del T-MEC, México sea un destino atractivo para la inversión ante una reconfiguración global en los procesos productivos, con beneficios para su actividad económica y productividad, bien, que el gasto público resulte en un mayor impulso a la actividad económica que el anticipado.