La Organización Internacional del Café (OIC) prevé que la demanda de café se estancará o caerá por efectos de la recesión económica mundial del covid-19, ya que por cada punto que cae el crecimiento del producto interno bruto (PIB), la demanda mundial de grano se reduce en unos 1.6 millones de sacos.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que “el gran confinamiento”, es decir la crisis económica que ha provocado la pandemia, resultará en una caída del PIB global de 3 por ciento, un impacto mucho mayor que el de la crisis financiera de 2008.

La OIC que analizó los datos de 20 países que consumen el 71 por ciento de todo el café del mundo, adviritó que son varios factores que afectan a este sector productivo. 

A corto plazo, el consumo “fuera de casa” está teniendo un descenso considerable, a medida que son cada vez más los países que adoptan una política de confinamiento total o parcial, como la que hay en El Salvador, por ejemplo. “Las oficinas, cafeterías y restaurantes están cerrando para reducir la transmisión del virus”

Uno de los problemas que enfrenta el sector son los bajos precios que ha golpeado con más fuerza a los productores.

En el mundo existen 25 millones de caficultores, la mayoría son pequeños productores, que se ven en apuros para cubrir los costos de operación, dado que los precios de los insumos siguen subiendo.