GCMA -Grupo Consultor de Mercados Agrícolas-, advirtió que la apreciación del peso mexicano, que se ubicó el fin de semana en un tipo de cambio de 18.12 pesos por dólar, es un arma de doble filo, pues, por un lado, hace que nuestras exportaciones sean menos competitivas en los mercados internacionales y, por el otro, las importaciones se vuelven más baratas.

Aunque dado el alto costo del dinero y el enfriamiento de la economía es probable que continuemos con una balanza comercial agroalimentaria con un ligero superávit, estimó en sus perspectivas agroalimentarias 2023.

Aseveró que el año 2023 será un escenario complejo y muy alejado de las cuentas alegres planteadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público dentro de sus Criterios Generales de Política Económica para 2023, pues, el enfriamiento de la economía llevará a una caída en los ingresos tributarios, los cuales serán compensados por el valor del petróleo, pero no será suficiente para poder mantener el gasto gubernamental -incluyendo los grandes proyectos- y el margen de maniobra para obtener recursos, como los fondos de estabilización, se consumirán probablemente este año.

Seguramente veremos menos inversión pública y cada vez peores servicios públicos, planteó.

El análisis planteó que la estimación de crecimiento de la producción de alimentos es alentadora aún, con todos los problemas que se están acarreando en materia climática y geopolítica, con lo cual, el volumen proyectado de producción ubicará a México en el décimo lugar mundial, abajo de Ucrania, pese a la guerra en ese país por la invasión rusa.

Tomando en cuenta los nuevos parámetros climáticos, productivos y de mercado, GCM espera que la producción de alimentos para el 2023 en México se ubique en un rango de 279- 301 MT con una tendencia central de 290 MT.

La composición histórica de la producción muestra que el 56% de los cultivos obtenidos son granos, oleaginosas y forrajes, mientras que la producción de hortalizas tiene una participación del 13% que es muy cercana a la de granos y oleaginosas que es un 15 por ciento.

Por su parte los cultivos industriales cuentan con una superficie muy estable tienen una participación del 23%, mientras que el subsector pecuario aporta el 8% del volumen de alimentos.