Crecen envíos de combustible por camión a México

Exportadores estadounidenses dependen cada vez más de camiones para llevar combustible a México debido a que Petróleos Mexicanos (Pemex) lucha por satisfacer las necesidades de consumo debido a la disminución de la producción de refinería, y la limitada infraestructura que complica los envíos de una costa a otra.

Windstar LPG, Nustar Energy LP e Indimex Marketing and Trading son unas de las empresas que sacan provecho de la creciente demanda de combustible de México para obtener su propia porción del negocio de distribución transfronteriza.

Algunas estaciones de servicio, entre ellas las administradas por empresas privadas que compran a Pemex, se han visto obligadas a cerrar periódicamente debido a la falta de suministro.

En este contexto, las importaciones de crudo y productos derivados del petróleo de Estados Unidos han crecido cada año desde 2014 y alcanzaron un máximo de 1.42 millones de barriles por día en noviembre, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos.

De ahí que el transporte de combustible por camión es una parte pequeña pero creciente de ese negocio.

Windstar, una pequeña empresa de El Paso, Texas, con un puñado de comerciantes en Houston, comenzó a enviar gasolina y diésel de origen texano por camión, 300 barriles a la vez, a través de la frontera mexicana al sur de Tucson, Arizona, mientras NuStar, que envía diésel a Nuevo Laredo, está construyendo un nuevo centro de distribución mayorista para manejar el combustible de las refinerías de Valero Energy en Texas.

Indimex, empresa comercial con sede en Ciudad de México, ya transporta por camión productos refinados de la costa del Golfo y el oeste de Texas a través de la frontera.

De acuerdo con Economíahoy, las principales empresas de energía como BP, Exxon Mobil, Koch Industries y Glencore Plc, también se han acumulado en el mercado de combustible mexicano en los últimos años, luego de una legislación histórica en 2014 que puso fin al monopolio de Pemex en el sector.

Pemex todavía posee la mayoría de las redes e infraestructura de distribución de México; sin embargo, solo pocos grandes jugadores como Koch y Glencore utilizan sus propias terminales privadas de importación en los puertos mexicanos y muchas empresas no logran utilizar sus permisos de importación de combustible.

 

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